Jueves 8 de noviembre de 2012

¡Las mujeres no podemos esperar más!

Después de 9 años de gobiernos kirchneristas, las más pobres de entre las jóvenes, seguimos dejando la vida en clínicas clandestinas, sumidas en el más humillante y cínico silencio de la Iglesia, la derecha reaccionaria y el gobierno K.
Las más oprimidas de entre las trabajadoras, las inmigrantes y jóvenes que estamos precarizadas, somos las que seguimos perdiendo nuestra salud al ritmo infernal de las máquinas en los talleres clandestinos y en los esforzados trabajos domésticos. Mientras, Cristina se jacta de las millonarias ganancias que obtienen los empresarios y, en el Congreso, el oficialismo con la oposición derechista siguen votando leyes antiobreras.
Somos las más explotadas en el campo y la ciudad. Las que en los barrios populosos donde no hay pavimentación, ni cloacas, y nos seguimos inundando en cada tormenta, vemos caer a nuestros hijos asesinados por la policía que, a su vez, es cómplice de las redes de trata que secuestran a nuestras hijas.
Por eso, no podemos esperar más. Se nos va la vida. Queremos poner en pie un gran movimiento por el derecho al aborto legal, libre, seguro y gratuito; contra la trata y todas las formas de violencia hacia las mujeres y por los derechos de la mujer trabajadora. Y te proponemos tomar estas banderas en tus manos junto a Pan y Rosas.

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El gobierno viene acumulando una larga cadena de descontentos, en esta etapa de lento declive político, provocados por la inflación, el impuesto al salario de trabajadoras y trabajadores en blanco y el agravamiento de la precarización laboral, que afecta particularmente a la juventud y las mujeres. El reciente paro docente de la Pcia. de Buenos Aires tuvo alto acatamiento y un gran rechazo generó la ley de Riesgos del Trabajo, aprobada por el kirchnerismo y el macrismo, con el beneplácito de las patronales de la Unión Industrial Argentina. El agotamiento del “modelo” se hace evidente: seguimos viajando hacinados en los ferrocarriles y exponiendo nuestras vidas, igual que el día de la Masacre de Once; la crisis energética continúa; ante cada tormenta, miles de familias pierden sus hogares y sus pocas pertenencias, bajo el agua. El “relato progresista” se cae a pedazos con sólo ver actuar al Secretario de Seguridad, Sergio Berni, reprimiendo las protestas sociales y obreras. A esta altura, para las masas populares, los anuncios y largos discursos de las cadenas nacionales no tienen ninguna consecuencia en su vida cotidiana y comienzan a generar hartazgo.

Mientras tanto, la oposición compite con el gobierno en sus políticas antipopulares. No sólo el derechista Macri... En la Santa Fe de los “socialistas” Bonfatti y Binner, el mismísimo jefe de policía provincial, resultó ser el principal organizador del narcotráfico, ligado a redes de trata de mujeres.

Este descontento, junto con la bronca contra la Iglesia reaccionaria, contra las condiciones de unas vidas sometidas a la precarización laboral, el gatillo fácil, la falta de vivienda, las muertes por abortos clandestinos, el peligro de las redes de trata, la violencia en todas sus formas, se abrió paso en el reciente XXVII Encuentro Nacional de Mujeres, que se realizó en Posadas. Allí se mostró que sobran motivos para que miles de mujeres podamos organizarnos y encabezar un gran movimiento de lucha por nuestros derechos, que se dirija a su vez a millones de otras mujeres que soportan los mismos agravios y que aspiran también a una vida liberada de toda violencia y opresión. Sólo falta la voluntad política para que en estos Encuentros de Mujeres, eso pueda expresarse plenamente. Si no es así, es por la regimentación que imponen las corrientes políticas que integran la Comisión Organizadora, impidiendo que se puedan votar medidas de lucha unificadas por el derecho al aborto, organizar un movimiento amplio de lucha por todas nuestras reivindicaciones; dejando que, cada año, volvamos a estar en el mismo punto.

Sin embargo, está planteado que la clase trabajadora y los sectores populares ganen protagonismo en las calles, para imponer su agenda, donde deben estas incluidas las más acuciantes demandas de las mujeres trabajadoras, precarizadas, las jóvenes pobres y las inmigrantes, que representan los sectores más explotados y oprimidos de la sociedad. Para ello, es necesario poner en pie un gran movimiento de miles de mujeres en lucha por todos nuestros derechos. Por eso, Pan y Rosas y el PTS participan de todas las iniciativas que fortalecen esta perspectiva, movilizándose unitariamente con amplios sectores y diversas organizaciones por el derecho al aborto o contra la violencia hacia las mujeres, como cualquier otro punto progresivo.

Este año, participamos del XXVII Encuentro Nacional de Mujeres con una delegación de más de mil compañeras de todo el país, con las que –de regreso en nuestras ciudades- seguimos organizándonos, reflexionando en talleres y plenarios, difundiendo nuestras ideas, participando en actividades sociales y recreativas, movilizándonos. De una punta a la otra del mapa, nos organizamos las aguerridas mujeres de los ingenios azucareros y los asentamientos del Noroeste, las trabajadoras inmigrantes de los talleres textiles de la Ciudad de Buenos Aires, las empleadas domésticas, las ceramistas de Zanon bajo control obrero, las delegadas y trabajadoras de Kraft, PepsiCo, Felfort, Soriano y otras fábricas alimenticias, las obreras metalmecánicas y las enfermeras de los hospitales públicos, las trabajadoras gráficas de WorldColor y la comisión de mujeres de Donnelley, las comisiones de trabajadoras aeronáuticas, telefónicas, estatales y docentes, las estudiantes secundarias, terciarias y universitarias de distintas ciudades del país.

Las mujeres de Pan y Rosas nos proponemos construir un canal donde pueda expresarse ese descontento de miles de mujeres dispuestas a organizarse y luchar por todos nuestros derechos.


Pan y Rosas en papel

Publicamos este boletín “número cero”, para que lleves el tuyo y otros para tus compañeras de trabajo, de la facu, del colegio, tu vecina. Queremos editarlo mensualmente, como lo hicimos en años anteriores.
Para los próximos números, te invitamos a participar activamente, enviando tus comentarios, crónicas, denuncias, entrevistas y reflexiones, avisando de las actividades que estés organizando con otras compañeras, en distintos lugares, o enviando tus fotos e ilustraciones.




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