Martes 23 de abril de 2013

MOVILIZACIÓN EN EL TALAR, TIGRE

Justicia por Micaela Fernández

El viernes 5 de abril se realizó una importante movilización en la localidad de El Talar, Tigre, en reclamo de justicia por el brutal asesinato de Micaela Fernández, una niña de 14 años perteneciente a la Comunidad Quom Yekhtakay del barrio Las Tunas.

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El viernes 5 de abril se realizó una importante movilización en la localidad de El Talar, Tigre, en reclamo de justicia por el brutal asesinato de Micaela Fernández, una niña de 14 años perteneciente a la Comunidad Quom Yekhtakay del barrio Las Tunas.

La movilización fue convocada por el Movimiento en Defensa de La Pacha (MDP), organización que nuclea a varias agrupaciones de distintos pueblos originarios que vienen llevando adelante una lucha contra la apropiación de tierras que son cementerios indígenas por parte de empresas megaconstructoras de countries.

El abuelo de Micaela, Eugenio Fernández; y su mamá Nancy, ex obrera de un importante frigorífico de la zona, miembros del MDP, fueron quienes encabezaron la marcha a la Comisaría 6º de El Talar, acompañados por organizaciones de derechos humanos, políticas, estudiantiles, de mujeres, trabajadores/as de distintas fábricas de la zona, docentes y vecinos del barrio de Micaela.

El cuerpo de Micaela fue encontrado el día 17 de febrero en el barrio La Paloma. La familia viene denunciando que la policía de la Comisaría 6º se negó a hacer la autopsia y les informó que la joven se había suicidado. Sin embargo, las marcas y moretones en su cuerpo indicaban que había sido asesinada. Denunciaron también que la joven estaba secuestrada y sometida a explotación sexual por parte de un conocido “dealer” que vende drogas para la policía en el Barrio La Paloma.

Ante tan aberrante situación, Nancy, la mamá de Micaela, se acercó desesperadamente a la Comisaría para reclamar la verdad sobre la muerte de su hija. Allí fue brutalmente golpeada por 5 policías incluyendo al comisario Sergio Rodríguez. Le pegaron culatazos y patadas y le decían “acá mandamos nosotros, callate la boca india de mierda porque si no, ni te imaginás lo que te va a pasar”. Producto de semejante golpiza Nancy terminó dos días hospitalizada, mientras que el asesino de Micaela y los policías que lo encubren están totalmente impunes.

El caso de Micaela tiene como trasfondo la lucha que desde hace décadas viene llevando adelante su comunidad y el MDP por tierras del distrito que les fueron arrebatadas por empresarios y políticos, como las del Cementerio Sarandí, lugar donde hoy se erigen los mega barrios privados de Nordelta de Constantini. En la actualidad vienen peleando contra el robo de Punta Querandí, en la localidad de Dique Luján, donde la constructora EIDICO (cuyo dueño es Jorge O´Reilly, ex asesor de Sergio Massa y con quien comparte negociados) tiene sus topadoras prestas para el desalojo de sus verdaderos dueños, las comunidades indígenas de la zona que trabajan y viven en esas tierras desde hace generaciones. Massa viene respaldando a estos empresarios inmobiliarios y continúa garantizando en Tigre el robo de estas tierras. Desde los ‘90 a esta parte, con las mega obras al servicio de los ricos, son cada vez más graves las consecuencias que acarrea para los populosos barrios obreros, como lo mostró en forma desgarradora la última inundación en Las Tunas, donde vimos hundirse bajo el agua las viviendas y las pocas pertenencias de las familias obreras y pobres.

Con la salida a la luz del brutal caso de Micaela y de toda esta lucha genuina de su comunidad, se vuelven a poner en evidencia -como ya lo demostró el caso de Marita Verón-, la podredumbre y los múltiples lazos que unen a empresarios, políticos burgueses, proxenetas, dealers, fiscales, policías y fuerzas de seguridad; que permiten, encubren o directamente son parte de la trata de mujeres. En los últimos diez años, bajo gobiernos kirchneristas, el crecimiento de este brutal negocio fue alarmante: son más de seiscientas las mujeres y niñas que están desaparecidas y secuestradas por las redes de trata y prostitución.

Es necesario impulsar la más amplia solidaridad y una gran campaña para reclamar justicia junto a los familiares de Micaela, amigos y organizaciones de derechos humanos, de mujeres, sociales, políticas, sindicales, docentes y estudiantiles, para quebrar el cerco mediático, lograr el castigo a los culpables y terminar con estos crímenes brutales contra cientas de niñas y mujeres.