Domingo 4 de noviembre de 2012

LA IGLESIA, MACRI Y CRISTINA CONTRA EL ABORTO LEGAL

Ellos son responsables, nosotras las que morimos... ¿hasta cuándo?

El derechista Macri vetó la ley de aborto no punible en CABA, que habilitaba la interrupción voluntaria del embarazo, sin judicialización, en los casos de violación y en los que corre riesgo la vida o la salud de la gestante.

El derechista Macri vetó la ley de aborto no punible en CABA, que habilitaba la interrupción voluntaria del embarazo, sin judicialización, en los casos de violación y en los que corre riesgo la vida o la salud de la gestante. Todo el kirchnerismo “progre” salió a repudiarlo, pero mantiene un silencio cómplice sobre los gobernadores K que repudiaron el fallo de la Corte Suprema que permitiría la práctica de abortos no punibles sin necesidad de autorización judicial.

El kirchnerismo se apresuró a pergeñar una maniobra que acabe con el debate y habló de una futura ley nacional de aborto no punible, para darle un “punto final” al asunto. Es decir, hacer pasar por un gran progreso, lo que la ley ya permite desde principios del siglo pasado, pero ningún juez respeta. Y seguimos en la misma... O no. En la misma, no. Desde que el kirchnerismo asumió el gobierno, ya hay más de 2500 mujeres muertas por las consecuencias de los abortos clandestinos. ¿Crímenes sin responsables?

Mientras tanto, con un cinismo descarado, nos dicen que si el Congreso vota la legalización del aborto, Cristina –aunque está abiertamente en contra- no vetaría la ley. Lo que no aclaran es que esa ley no puede aprobarse en el Congreso porque la presidenta ordenó a sus diputados, desde el 1º de noviembre del año pasado, no dar quórum en las comisiones parlamentarias ni en el recinto de la Cámara, al tratamiento de ningún proyecto progresivo que avance en este sentido. Y en el bloque kirchnerista, desde los derechistas que se encolumnan con Scioli y el Opus Dei, hasta los “progresistas” de La Cámpora o que vienen del FREPASO, se encolumnaron detrás de la chupacirios de Cristina.

¿Cuántas muertas más quiere cargar, Cristina Kirchner, sobre su conciencia? La Iglesia, Macri y el gobierno nacional tienen una coincidencia absoluta en este punto: impedir que se avance en la legislación del aborto. Las muertas, las ponemos nosotros: la clase trabajadora y el pueblo pobre.

Mientras tanto, las estrategias que llevaron adelante las organizaciones que conducen la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto, nos dejaron en un callejón sin salida. Primero, llamaron a confiar en el gobierno que prometía “ampliación de derechos”. Después nos dijeron que había que “convencer” a los diputados, con estadísticas y folletos explicativos, mientras los obispos los amenazan con encabezar movilizaciones opositoras en sus provincias, con jóvenes bienudos de colegios privados y paquetísimas viejas gorilas, si osan avanzar en la legalización. Ahora, están paralizadas, por la división ya inocultable que existe entre las organizaciones y figuras que la integran: unas apoyan al gobierno y se rehúsan a denunciar la comunión de Cristina con Bergoglio en este punto; otras, un poco tarde, se dan cuenta que ya cedieron demasiado terreno y que hay que enfrentar lo que es una decisión sin vuelta atrás de la presidenta, pero, mientras tanto, omitieron organizar un gran movimiento de lucha en las calles con miles de mujeres.

¡Esta situación no va más! ¡Estamos hartas! Es necesario ganar las calles poniendo en pie un poderoso y combativo movimiento por el derecho al aborto. Pan y Rosas continuará peleando por esta perspectiva, la misma que planteó desde siempre y la única vía realista para arrancarle al Congreso una ley que permita que el aborto sea un derecho y que no haya una muerta más por las consecuencias del aborto clandestino.


El aborto en Argentina

 Las consecuencias de los abortos inseguros son la principal causa de mortalidad materna desde hace más de 30 años, muy por encima del promedio mundial.

 La tasa de abortos sería de 60 cada 1000 mujeres en edad fértil, muy superior al promedio de América Latina.

 Anualmente se producen entre 460 mil y 600 mil interrupciones voluntarias del embarazo: casi un aborto por cada nacimiento registrado en el país.

 Los casos se duplicaron desde el año 2000.

 Entre el 80% y el 100% de las mujeres con complicaciones por un aborto recurren a un hospital público.

 En los hospitales públicos se registran casi 60 mil internaciones por abortos inseguros al año; 15% corresponden a adolescentes y niñas menores de 20 años y 50% a mujeres de entre 20 y 29 años.




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